Dos estrellas que alumbran en el cielo
y refulgen en la negra oscuridad,
me parece que me observan desde lejos
e iluminan mi sendero al caminar.
Me recuerdan a mi madre y a mi hijo
pues yo creo que me cuidan desde allá,
en momentos que me invade la tristeza
presiento que conmigo siempre están.
En las noches silenciosas en que siento
que no puedo soportar la soledad,
quisiera transportarme al infinito
convertido en otro cuerpo celestial.
Saber que por siempre estamos juntos
por los siglos y siglos que vendrán,
y mas nunca volver a separarnos
alcanzando por su amor la eternidad.