En un féretro me encontraba,
a mi lado bella mujer,
que con gran dolor me nombraba:
-tú no vas a desfallecer;
La muerte era la que lloraba,
La que no podía creer
Que mi vida ya terminaba
Sin justificación de ser;
Es un cambio el soñar la muerte,
Que eterna gloria te dará,
Es mejorar la fatal suerte
Por algo que no pasará;
Será, si alguno bien lo advierte,
Alcanzar la inmortalidad…