Te vi sexo, sexo de ti,
algo antifurtivo;
te presentí, sí te presentí;
vuelo de halcón, fantasma jubileo.
Me otorgó tu horda pasional el espejismo audaz;
¡Oh, de tus estancias!
De la otrora presencia.
Ven, enmarcada de mis yugos;
ven y ama solitaria mi ya antiquísima noche.