**Ultraje**
El viento mecía su pelo
rojo como el carmesí,
su tez anacarada
y una figura torneada,
envidiada por su belleza
que pronto destacó,
desde muy joven
como ramillete de rosas en flor,
segura de sí misma
pero con un halo en su mirada
de pavor
no se deja adular,
con esas miradas lascivas
por donde quiera que va,
tenia todo para poder triunfar
y sin embargo hoy
en un convento reza
siendo monja de la caridad,
y solo con Dios habla
para contarle su sufrimiento y penar,
de ese secreto que lleva
guardado en su pecho,
que desde muy niña
la hace sus tripas retorcer,
cuando recuerda a su padre
al anochecer,
¡¡hay ultrajes canallas!!
Sin castigo ni perdón
que son peor que alimañas
Elena ©