Tuvimos todo
pero era nada, eran solo;
algunas risas sin carcajadas,
algunas lágrimas ya secas,
algunos encuentros con intentos,
intentos estropeados disfrazados en amor,
pero en su eje era nocivo.
No nos faltó nada…,
¡nos faltó todo!
Una tijera que cortara esa indiferencia,
una barra que apoyara nuestros deseos,
una canción que declamara un perdón,
un perdón sin exigencia,
exigirnos más, ir al encuentro,
llenarnos de lunas llenas,
llenar el vacío esperpento
de brazos que no se buscan.
¿Qué había por hacer?
Nos faltó hacer el amor en la playa,
nos faltó comernos con la mirada,
nos faltó un beso sin lamento,
nos faltó romper el asfalto del olvido
y nosotros ahí presente.
¡Ay! Nos faltó decirnos tantas cosas.
Susúrranos en el oído que todavía había amor,
hacernos travesuras tomados de la cintura,
sintonizarnos más a menudo,
comer del menú de la pasión,
hacer más por nosotros dos,
y menos por los demás.
¿Qué había por hacer?
Cambiarnos de casa,
mudarnos a noches apasionadas,
exiliarnos en el país de los eternamente enamorados,
amar sin exigencias pero con impertinencia.
Más ya que basta,
aquí estamos con los sin sabores
de lo que pudo ser,
lo que no es,
y nunca será.
Aunque no nos faltó nada,
Nos faltó todo,
¡para nuevamente volver a intentarlo!
LeydisProse
12/01/2017
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