Quisiera que supieras
que, pese a todo,
yo seguiré a tu lado
de cualquier modo.
Yo seguiré a tu lado
porque, te digo,
no me sale la risa
si no es contigo.
No me sale la risa;
pero no es tanto.
El problema es que a veces
me sale el llanto.
El problema es que a veces
estás tan lejos
que no veo tu cara.
Pero te dejo,
porque veo tu cara
cada mañana
arrugando las sábanas,
sobre mi almohada.
Arrugando las sábanas
decidí, anoche:
que no volveré a hacerte
ningún reproche.
Que yo volveré a hacerte
lo que yo pueda
cuando vos me lo pidas
o me concedas.
Y cuando vos me pidas
desaparezca
también habré de hacerlo,
aunque padezca.
También habré de ser lo
más verdadero.
Quisiera que supieras
cuánto te quiero…