Los hijos
I
Los hijos, lloviznas de Dios,
besos del aura y del amor,
esparcen de bendiciones,
los senderos del amor.
Abordan benditos la vida,
gimiendo con empeño,
con selectas cantatas,
nacen los pequeños!
II
Los hijos al llegar,
entonan su himno natal,
besan la ubre materna
con su roce labial.
Al germinar los hijos,
alegran y deleitan,
con su candor el nido,
la esfera del hogar.
III
Sublime afán maternal,
excelsa pasión de papá,
divinos hijos que emanan,
en un jardín primaveral,
el plañir del florecer,
regado por un manantial,
que en cada amanecer,
arrullan la unión familiar.
IV
Gracias a Dios están
en los brazos de mamá,
musitando los poemas
que les dedica papá,
con caricias al cantar,
en la morada, en su lar,
donde dan su recital,
en la cuna, al despertar.
V
Ellos, avivan el edén,
con las alas de su ser.
Ellos, nuestros héroes
abonan semilleros,
donde brotan flores,
frutos y veneros,
y dan por siempre,
primores y ensueños.
VI
Surcan el camino
donde han de bregar,
pintando destinos,
color a color, al volar.
Como soles y lunas,
en el espacio sideral,
en el cielo universal,
giran hasta triunfar.
VII
Los hijos son del cielo,
de la tierra y de la mar,
del aire que respiramos,
del paisaje crepuscular,
de las montañas y llanos,
de los ríos y de la faz,
de los vergeles frondosos,
de la natural eternidad.