Si el dedal con que tu coses
En los domingos de hastío.
Si ese dedal fuera lleno,
De los pensamientos míos,
Sería el mortal más feliz
Que bajo el cielo ha vivido.
Más sé que es purita angustia
Decir que vos me has querido.
Hoy soy como un libro viejo
Que tirado en un rincón
Nadie le da una mirada
Ni por tener compasión.
Dicen que con la distancia
Pronto el olvido vendrá.
A ti….. llegó ya el olvido
A mí…. nunca llegará
Pero no hay que acongojarse,
Pronto el tiempo pasará
Y volveré yo a encontrarte
Frente a frente, cara a cara
Y nadie habrá de notar
Que al hombre que saludabas
Es el mismo que dormía
Sobre tu ancho almohadón
Que guarda tantos recuerdos
Miles penas, ni un perdón.
Si el mar tuviese las cuentas,
Para contar el dolor.
De los que han sido olvidados
En el juego del amor.
La cuenta sería muy larga,
Y entre ellos estaré yo.
Mas no seré yo quien cierre
El libro que hay del amor,
Porque tras mí vienen otros
Con las mismas amarguras
Y con el mismo dolor.
(Miguel Ramos-Valdés)