Bryan Mendoza

Y muero.

La noche se calla

Y mi corazón busca tu sombra.

La noche se calla

Y hay un frío en mi alcoba.

 

Los naufrágos del mar infinito

De aquel mar que se le conoce como cielo

Se pierden apenas cae la noche

Porque hace frío y ya nada calienta.

 

Y muero.

 

Y me doy cuenta de que te haz marchado.

Marchita la flor de mi esperanza en el cristal,

Que tu nombre en su tallo lleva grabado. 

La sobriedad de amor te ha llegado.

 

Me doy cuenta ahora que las noches se me acaban,

Me doy cuenta que tu lejanía no es mera coincidencia.

Que el Sol se ha opuesto y ya no estás esperándome,

Que me he quedado solo y mi soledad se ha puesto celosa.

 

Que la madera se clava a mi torso como colmillos de vampiro,

Y que tú me ves del agujero que alguna vez cavaste 

Para allí echarme y allí mismo enterrarme.

Te sigo extrañando, repito, te sigo extrañando.

 

Y vuelvo a morir.