Esto no lo pienso para alguien sino como desahogo, es que me siento tan sola, tan detrás de muros, tan sobrante, tan acostumbrada a cargar, cargar y cargar. Y si bien es costumbre, no evita eso que me duela a veces, trato de sonreír y sonreír al mundo, mientras mi alma llora cada final de día en que siento que no pude decir nada de lo que siento, soy yo la única que puede llevarme a mí misma. Me duele saber que tengo un amigo que prácticamente no me habla por un mal entendido, si tan solo supiera que no hice nada, que nunca existió el motivo por el cual está molesto, me duele que no me preguntara y que no confiara en mí. Me duele la injusticia y el no poder defenderme por el dolor, me duele callar, pero es parte de seguir. Hoy casi no hago música, vivo corriendo de un lado a otro, papeles aquí, papeles allá, ¿cuándo mi guitarra? Hay tanto que hacer, que postergo lo que amo, ¿Hace cuánto no juego videojuegos más de media hora o veo un buen anime? Siento que fallo, y que a la vez no he fallado y no puedo fallar, tantos cuentan conmigo, o están acostumbrados a contar conmigo, que cuando no puedo dar más, se enojan. Me siento sola de espíritu, sola de pensamiento, me duele el cuerpo, me duele la vida, pero soy feliz.