Carlos Hurrle

El interés

 

Estos trozos de mi alma los vengo a regar por aquí, por si alguien quiere saber, ¿por qué hay que

querer?, ¿por qué debo amar?

¿Por qué todavía hay vocecitas en los rincones, que van medrando el aire,

van tanteando las ganas, a parar, a no seguir?

No importa, no importa, así, así, aunque arda el tuétano de la fe.

Así entonces, así queda uno, así, así, sin pelos, sin alma, sin nariz y sin huesos.

Así entonces aspira uno el puro aire viciado, ya sin sabor, sin esencia, con apuro.

Y yo les digo, hay que querer, hay que querer, miradas, besos, sonrisas, todavía.