Silvestr

Un exciego enamorado

Tengo amigos por doquier, gente que me estima y no me daba cuenta; ¿por qué fuí tan ciego? Admito que, a pesar del sufrimiento que llegaba a ocasionarme por querer ser más que Dios, no lo veía hasta este momento. 

Querido joven lector, tienes mucho que aprender al igual que yo; no te digo que hagas lo que quieras, ni que lo hagas con amor; más bien que le ponga pasión a cada respiración que hagas. Soy adicto al tabaco y a los placeres terrenales, por eso no estoy en la mejor posición para regañarte por lo que decidas hacer, solamente que lo disfrutes como cuando estoy fumando y escribiendo esto, por ejemplo. Suena como repetitivo pero no lo es. Hacer las cosas por amor es imposible, lo he tratado al querer escribir poemas hacia mis musas, sale nefastos. Nada mejor que regalarle a la querida espacio y tiempo. Por ejemplo: un sábado en dónde la lleves a comer a un lugar de tú infancia (el precio es lo de menos), luego vayan a un evento del parque principal de tú ciudad (eso si, sin pena de hacer el ridículo, ya lo somos), finalmente platiquen como decía mi jefe (de lo que sea). Hacer las por que uno quiera, tampoco es saludable. El tiempo y el espacio no serán los acordes a tú vida. Hay que ser perseverante, si, pero no hay que ser impaciente, eso da como resultado trabajos malhechos y no conseguirás realización personal. Por eso recomiendo la pasión, ejemplo: Jesús y Nietzsche. 

Eso es todo en 23 años de corta pero vivida existencia.

Saludos y vibraciones infinitas siempre.