Se apaciguan las pasiones incendiarias
cuando asoma atardecido el calmo gozo,
sofocado el resplandor que es absorbido
por el ambarino placer de lo maduro.
Se ha hecho poesía tanta vida
y son versos los continuos derroteros,
el torbellino de letras ya es palabra…
el verbo es pronunciado con sentido.
No se olvidan las pasiones exultantes
ni se olvidan vorágines de ritmos,
pero verlos a distancia también place
y deleita paladear lo que se vive.
La vida se canta en poesía
mientras es acompañada por un piano.
De mi libro “Desde aquella Strelitzia”. 2014 ISBN 978-987-1977-32-1