Cuentas de cuarzo, ajorcas
y sartales de perlas irisadas.
Alas de mariposa, alas de pájaro
se enterraron allí, junto a su cuerpo,
en un rincón oscuro de la selva,
en un rincón del mundo.
Tus versos
-rojiazules-
se ocultaron, se ocultan
-lozanos y brillantes-
a las miradas de las multitudes,
a sus tercos oídos,
a sus insoportables carcajadas
Di, ¿para qué nacieron?
Dios lo sabe.