Y quizás terminemos siendo esos
esos sorbos que solo concluyen en la nada
ese sorbo en la inexistencia
sin que queden ni añicos
tan solo restos de los más hinchados recuerdos
de los que ponen a brillar los ojos
y sacuden el pecho, empapando las mejillas.
eso me pides,
tan solo sorbos.
Adolfo D\'Erizans.