no hace falta que te preguntes:
¿qué fue de aquel enamorado?,
¿en que estará ocupando las ideas?,
¿en qué momento sueña?,
¿a qué hora se despierta?,
te sabes mi camino de memoria,
tú, antes que yo mismo,
conoces mi destino,
a veces créeme, solo a veces,
quisiera desparecer de ti,
pero huir de tu costado,
sería tanto,
como morir,
y en vano me oculto en la distancia,
entre la bruma del tiempo,
pues se bien que desde la luz me miran
los ojos de tu alma,
cuando te preguntes:
¿que fue de aquel enamorado?,
no te angusties,
no demorara tanto en llegar,
en este momento te está buscando.