La ilusión, nombre dado a la esperanza,
anhela ser la verdad de nuestra dicha;
mientras la naturaleza muere a latido lento
perduran los hombres con sus sueños
< entre sombras luminosas y difusas >
caminando entre nubes de tormenta
Las ciudades se desmembran en arrabales
distantes de la estepa palpitante
Las precarias casas viejas,
asfixiadas por los tótems de cemento,
pretenden pintar un paisaje de acuarela
donde los colores se cubren de ceniza
ante los ojos de esperanza abierta
En el tiempo son demasiadas las cosas
que arrancan los sentidos de los anhelos
/ la penumbra viene lenta
rodando por una mansa ladera
queriendo convertirse en realidad perpetua /
La humanidad no tiene rostro,
el hombre ya no es el mismo que fue en los siglos,
las calles son otras, los deseos son otros
no hay notas en las melodías
ni letras en las declamaciones
El asombro se ha extraviado en el exilio,
el crimen insolente ya no nos aterroriza,
las cabezas atisban el mundo circundante
- pasivas e inconmovibles -
ante las bandadas de pájaros en fuga
De las raíces que alimentan la tierra
quedan pocas en la memoria,
la historia convertida en fábula pretérita
sin descendencia y los genes calcinados
De todos los puntos cardinales
confluyen senderos de palabras nuevas
colgadas de los gritos de las horas
y de los días sin nombre
Tras los ventanales, ojos de sol y luna llena
aguardan impacientes el fulgor del día nuevo
para sembrar sobre el suelo partido
las semillas de la esperanza renacida