Desperté en la madrugada,
y a mi lado ya no estabas.
Me asomé por la ventana:
todo oscuro y de vos... nada.
Abrí y busqué en los cajones:
sólo había algunas fotos,
perdidas como recuerdos
después de un gran terremoto.
Te busqué en el espejo,
como te encontraba siempre
reflejada en mi sonrisa
o en mis ojos dibujada.
Pero sólo encontré el tiempo
que me miraba de frente
con su cabello entrecano
y los ojos apagados,
entre surcos muy profundos
y mueca de acongojado