Si tan solo pudiera
ser agua de rocío
que te apague los sofocos,
que se deslice por tu cara,
que te empape desde la ropa
hasta el alma.
Si tan solo pudiera
hacerme trizas, corazón,
pintarte el cielo con mis sueños
de cada noche,
todas las noches.
Si tan solo fuera tela de cama
y pudiera rozarte la piel
con labios ansiosos
cómodamente contra, sobre
y debajo de ti.
Si tan solo pudiese
amarrar circunstancias
hasta dejar de ser casualidad a tus ojos,
quizás entonces aceptaría
tu existencia con agrado.
Pero no soy agua de rocío
y mis sueños no tienen suficientes colores
y mis labios no te alcanzan.
Me disculpo por ser solo casualidad.