(Para Él quien tiene un claro de luna en sus ojos)
Desierto frío
esperó tu llegada
cuando el crepúsculo emocionado
preparó tu camino,
sobre pirámides coronada
y alzada sobre guerreros
con el Nilo de testigo
en el Valle De Los Reyes,
tus primeros pasos Ella iluminaba.
En un claro de luna
llegaste a nuestro mundo,
con la luz de tu guardiana,
Ella te regaló
la belleza de sus ojos
y se despojó de su tez
para arropar el yermo,
yermo que recibiría tus pies.
En un claro de luna
yo me reflejé en tus ojos
y Valle de Reyes fue para mi
aquel desierto frío
en donde estuve tantos años,
hasta que en su bondad, Ella,
asomada en el robín
que disfraza a mi ventana,
iluminó mi camino hacia ti,
hacia ti, aquello que yo tanto buscaba.