Decir adiós
es como contemplar la fugacidad
de un destello a orillas del mar
En silencio
el vaivén de las olas
levanta sus manos
señal laberíntica que acelera el tiempo
Tras su rumbo
van los recuerdos
jirones de humedad
empañan palabras
duelen el alma
ahogan la respiración
en pedazos
se bifurcan