Jose Adolfo

La partida

Decir adiós

es como contemplar la fugacidad

de un destello a orillas del mar

 

En silencio

el vaivén de las olas

levanta sus manos

señal laberíntica que acelera el tiempo

 

Tras su rumbo

van los recuerdos

jirones de humedad

empañan palabras

duelen el alma

ahogan la respiración

en pedazos

se bifurcan