En qué instante tu presencia se hizo nostalgias
se ataviaron de invierno y hojas secas los júbilos
acallaron las voces que hablaban de eterna primavera
se hizo rocío lacerando recuerdos, olvidos no paridos
imágenes hiriendo la retina con carencias de tu dermis
labios yertos, con besos, precisando abandonar la ausencia
mustios sueños, devastados en jirones, de dolor y memoria vana
mancillando la raíz de nuestras ilusiones con lágrimas sin consuelo.
En qué instante perdí tus huellas sin saberlo
tras qué pasos se fueron los tuyos abandonando los míos
es un laberinto la senda si no respiramos el mismo aire de anhelos
los deseos de hallarnos nos devolverán el brillo a esta gris mirada.
Encontrarnos no es una utopía, la brisa de apetencias nos convoca.
Oscar A. Fernande Folguerá (Argentina)
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