Advertencia al lector.
La siguiente historia y lugares están basados en hechos reales en vall d´uixo, pese a que parezca todo absurdo y por lo tanto irreal. Las conversaciones y personajes también han sido sacados de contextos reales de vall d´uixo. se han efectuado varios vídeos mostrando tanto la fauna en extinción que ha albergado y alberga esta zona, contexto tan importante como los personajes en nuestra historia, así como los vertidos de glifosato. En estos momentos, está siendo seguido por el equipo forestal de la generalitat valenciana lo que ocurre en este maravilloso lugar. a día de hoy, sigue sin haber un informe firme esclareciendo los dramáticos hechos que han acontecido, ni un proyecto solido para una alternativa como la mía. Agradecer las lecturas de el corazón de las tinieblas de conrad, la poesía de T.L Eliot, los hombres huecos, la película apocalipsis now, el extranjero de camus, la música de radiohead: OK Computer, en los que me he basado para recrear la vida diaria de vall d´uixo relacionada con la escuela taller t´avalem y el paraje de los molinos donde tengo la huerta.
Una pesadilla ecológica y laboral con fines políticos sociales planificada y ordenada por Angelillo de Uixó.
I.
Allí estaba de nuevo aquel hombre, metido en medio del dichosos río seco como si fuera parte de la fauna en extinción de ese lugar. Bajaba todos los días con su carretilla donde empieza a girar su curso el Belcaire, enroscándose una y otra vez en su corto recorrido de nueve kilómetros hasta llegar al mar en Moncofar. Salieron dos fochas como flechas asustadas de entre los juncos haciendo sonar el aire como cartones que se rompen con sus alas, cuando se movió para pasar a la siguiente piedra donde se inclinó de nuevo ese hombre como si fuera una rana sobre un charco. Giró su cabeza medio calva, lentamente, sobre los valadres y ricinos que ocultaban su cuerpo, en aquel enorme hoyo de lo que había sido la última charca humeral de vall d´uixó. Su imagen , apoyada entre las piedras, semejaba a una escultura griega abandona en el tiempo. Tenía como medio de transporte una carretilla. La llevaba siempre llena de hojas. La dejo en la orilla, a veinte pies de él. Proyectaba su imagen una representación antigua, una ensoñación incomprensible de un mundo lejano y oscuro que entraba en colisión sobre el moderno que lo había aplastado. Él, parecía ajeno a estos tiempos , como si quisiera ir al encuentro de ese mundo inexistente. Aunque era irracional pensar, incluso desear, que alguien pudiera volviera a rebrotar semejante caos para la humanidad. Miré a mi alrededor. La naturaleza estaba devastada con gran precisión. Asumet, la perla íbera de las montañas de vall d´uixo, era una cantera urbanizada. No había montaña sin urbanización por donde mirara. El aire estaba seco , alía a azufre y plomo. se palpaba la contaminación de los atomizadores de las azulejeras que nos rodeaban, ! esta maldita y enfermiza sequedad! Casi toda la vegetación estaba marchita después de no llover durante más de medio año. El cambio de clima lo explicaba cada cual con el que me encontraba según sus gustos e intereses. Así , un tipo que conozco por un favor que le hice una vez al cumplimentarle una instancia en el ayuntamiento para que tuviera una cita con la concejala de urbanismo, y desde entonces , siempre que me veía me lo agradecía y me paraba para demostrarmelo. uno de esos días que me lo encontré ,casualmente mientras compraba en el mercadona aceite, empezando a hablar de los más tres mil kilos que había recogido de aceitunas, y lo poco que le daban de los mil litros que esperaba sacar de aceite; seguimos hablando del tiempo que hacía que no llovía. al sacar el tema de los coches, empezó a maldecir a gritos a los ecologistas por hablar mal de los coches.
Los coches están toda la vida de Dios y siempre ha llovido- me dijo- ¿ sabes de quién es la culpa, maldita sea ,de qué no llueva?
al no contestar, por no saber que decirle para que no entrará en colisión con sus ideas. me contestó con las más variadas teorías. Me parecía algo chiflado, pero conforme me hablaba, algo de razón no podía dejar de otorgarle.
La culpa es de esos malditos seguros agrarios. Cuando va a llover, los seguros agrarios mandan avionetas que lanzan yoduro de cobre a las nubes para que no llueva y no pagar las perdidas a los agricultores.
En cierto modo, fuera cierto o no lo que decía, si había un planteamiento racional dentro sistema que nos envolvía en la lógica de sistema: el beneficio. Cualquier barbaridad que se hiciera, contra personas, contra la naturaleza, daría absolutamente igual, y se justificaría si el fin que se lograba con este proceder era el siguiente:
-el beneficio.
sin embargo, al hombre que observaba, que había ocupado los terrenos junto a la charca que después compró el ayuntamiento, parecía ajeno a su propio beneficio. En la escuela taller donde estaba como alumno, varias veces hablamos de él. Incluso hoy, después de lo que sé de él, prefiero no hacerme un juicio hasta conocer las causas más a fondo.
su voz,que no escuchaba donde me encontraba, me la imaginaba como el susurro de las hierbas: sigilosas y vigilante.Su forma, quieta, se reflejaba calmada sobre el último charco azulado soportando una enorme tensión espiritual en aquel incesante movimiento de vehículos y personas que transitaban sobre su cabeza y a su alrededor en el dichosos puente de San José. Famosos por los suicidas con final feliz que acudían a tirarse de él. La mayoría sobrevivían como tetrapléjicos debido a su poca altura. Pero conseguían con sus huesos rotos su objetivo: llamar la atención. aquel extraño personaje, no se movía bajo el puente. Adivinaba por su silueta de quien se trataba. yo estaba en el viejo molino de arroz derruido.En el cual, de vez en cuando, cuando el viento soplaba, o algún turista atrevido se hacía una foto y se apoyaba entre las ruinas, caía alguna piedra hacia los profundos silos, tardando en caer hasta cuatro segundos. Bajo del molino, tenía él su huerta. Al observarlo de lejos me preguntaba -¿ por qué? -Y al preguntarme esto; era inevitable la siguiente cuestión- ¿ cómo? ; De que forma llegó a este estado de abandono y miseria esta persona del que la gente desconfiaba y temía, a la vez ,que decían que era trabajador e inteligente. Lo conocían en aquel lugar con el apodo de Pitufo. se contaba que estaba como una cabra. Pitufo, su apodo perecía una broma para alguien con fama de peligroso, al que había detenido varias veces la policía, tan solo porque inspiraba ese extraño miedo cuando hablaba. La primera vez que hablé con él, estaba como hoy, dentro de la charca, caminaba por el fondo seco y pedregoso con un machete en una mano y una bolsa en la otra. De vez en cuando, se paraba para cortar algún ricino. Luego, como de costumbre, esto ya lo había observado en otras ocasiones, se sentaba sobre una roca lisa junto al último charco.
cuando me acerqué, vi como sacaba una sardina de la bolsa, levantaba el machete para cortarle la cabeza a la sardina .Al verme hizo una mueca amable con los labios. Sentí que me estaba esperando, pero al verle levantar el gran machete, cuya hoja bañada por el sol y con trozos de la carne de la sardina en el filo me asustó. Me di medía vuelta, pesando que estaba loco cuando sus palabras; tranquilas, amables, emitidas con una voz suave, me detuvieron con una pregunta intrigante.
¿ has aceptado ya el absurdo?
al girarme bajo el machete y cortó la cabeza de una sardina. Cogió al animal y como si hiciera una parodia de lo que había echo, intentó con una sonrisa pegar la cabeza al cuerpo del animal con las manos.
¿ Te estarás preguntando que hago, verdad, Jacobo watson?
¿ cómo demonios sabes mi nombre?- le pregunté asustado, como si me encontrará ante un ser sobrenatural, o el demonio de vall d´uixó que decían que era.
Sacó un papel que enseguida reconocí. Era mi curriculum. Se me había caído al merodear por allí. Al parecer, también él me observaba como yo a él.
licenciado en medio ambientales por la universidad de Bogota, reside el señor watson desde hace seis años en españa. Empleado en un ciber de madrid, que cerró, dos meses de jardinero en valencia por una ett para la feria de fallas, empleado de la basura con fobesa en burriana dos años, limpia playas en moncofar en verano, recoge vasos en marina d´or, limpia habitaciones en oropesa, y en la actualidad residente el señor jacobo watson en vall d´uixo, donde fue contratado por el ayuntamiento a través de programa de escuelas taller de agricultura ecológica. ¿ qué estás haciendo con tu vida, Jacobo?
en su pregunta había mucha ironía. sentí ganas de matarlo al ver como sonreía. intuía que a través de mi curriculum había adivinado lo frustrante de mi vida y se reía de mis miserias. Él ,era enfrentarme a una realidad a través de un espejo que deformaba mi imagen. Y ese espejo era esa charca. dentro del agua. Me hizo un gesto de que me sentara a su lado. Iba a pegarle, pero acepté. Vi trozos de sardinas flotando. No comprendía nada.
Su voz empezó a envolverme. Noté que no me odiaba, ni quería burlarse. Me iba haciendo que dirigiera la mirada hacia cosas a las que no había prestado ninguna atención. Conocía ese lugar tan bien como él. Paseaba todos los días por allí, a veces, me sentaba a ver si quedaban pájaros. La escuela taller donde hacía el curso de agricultura ecológica, estaba sobre su bancal en la zona de los molinos. Habíamos fumigado ese lugar a rabiar con glifosato para que nada creciera más que el cáncer. Incluso poníamos trampas a los pájaros para cazarlos, porque escampaban semillas de avenas silvestre y ademas consumían agua donde íbamos a plantar césped natural en una zona donde hay escasez de agua , excepto las fecales, que se escampan cuando llueve. con los conejos hacíamos lo mismo, ya que eran una verdadera plaga martirizadora. proliferaban porque no había águilas, ni serpientes que los cazaran. pero estabamos nosotros. los metíamos en jaulas dentro de una cueva y repartíamos entre los alumnos los viernes mediante un sorteo. El monitor de agricultura ecológica nos enseñaba como neutralizarlos de un golpe seco en la nuca y limpiarlos con un cortaplumas.
Listo para paella o al ajillo- comentaba al terminar la faena el monitor limpiando el cortaplumas con arena dentro de la cueva.
Estaba asombrado escuchando a Pitufo , no paraba de echar carnaza a la charca y hablar. pequeñas bocas emergían del agua para luchar por un poco de alimento en los dos metros de agua que quedaban. se agitaba la numerosa vida que allí albergaba con gran frenesí. Pitufo ,parecía disfrutar con lo que hacia y hablar de como era ese lugar antes de que llegáramos nosotros, los de la escuela taller te avalamos, mandados por el ayuntamiento de vall d´uixo para sellar el cambio en un sarcófago de museo.
¿Sabes como se llaman estos peces?- me preguntó. Como negué con la cabeza me explicó contemplando como si fuera un acuario la charca casi seca.
Son gamusinos. Desde que conozco esta charca humedal, nadie ha asistido con calma a presenciar su maravilloso espectáculo que está a punto de desaparecer para siempre. Jacobo, tú serás el último en ver cangrejos autóctonos en vall d´uixo. Están en esta roca sobre la que estamos . mantiene el agua como un tapón. Si está roca se mueve tan solo un centímetro, todo morirá en 24 horas. Esta charca, y su fauna , metida en pleno centro del pueblo, es más desconocida que muchos lugares remotos del amazonas, pese a que todos los días pasan por arriba, por su lado, cientos de personas ajetreados en sus hábitos de consumo . Lleva años aquí , generándose un gran eco sistema que llega a su final.
¿ qué ha pasado con el agua? le pregunté.
me miró con una extraña expresión.
veras- hizo un gesto concentrado con las cejas, silenció, señalando con su dedo fijamente a un grupo de gamusinos . estos aleteando picotearon las tripas de una sardina que resbalaro de sus dedos . Las arrastraron al fondo de la charca. prosiguió- después de las lluvias de hace medio año, que fueron abundantes, empezó a secarse. No era normal que se secará después de llover mucho, ya que esta charca ha aguantado hasta veranos muy secos. También se dio la casualidad de que vino la confederación hidrográfica del jucar a hacer unos trabajos, desde entonces… el agua desapareció. no se sabe nada. Nadie ha hecho un informe. Los ecologistas de vall d´uixo no tienen mucho interés. demasiado trabajo, demasiados problemas si tienen que enfrentarse a las autoridades. no descartaría que la responsable fuera la confederación hidrográfica. Son mala gente eso tipos. El ayuntamiento para variar, no habrá preguntado que ha pasado. Tampoco quiere problemas con otros departamentos. Sé que no saben nada de este lugar, ni lo que ocurre. Tampoco les importa mucho. El caso es que he traído aquí a la forestal municipal para que viera los cangrejos. Es la única que me ha escuchado. Desconocía que aquí hubiera un eco sistema tan potente. No tengo ninguna esperanza en que se llegue a saber nada. ¿ quién va a sacar algo de aquí? nadie. Por saber la verdad; ¿ van a arriesgar a ponerse en entredicho las autoridades, y en evidencia ante los electores que las políticas medio ambientales son inexistencia? esa es la verdad, y los ecologistas hacen política e imparten moral que no practican. es todo una mera pincelada sobre una batalla que es para generaciones futuras. si esto ha pasado delante de sus narices, donde nuestra bella alcaldesa planta árboles con los niños el día del árbol, que luego se le mueren, ¿qué no pasará en otras zonas?
Yo, he tenido ocasión durante dos años de observar este lugar, tanto sus tranquilas aguas en las que me he bañado, como la orgía frenética que significa alimentarse. Nada es comparable a este espectáculo. supera las orgías que se llevan a cabo en los aseos del centro comercial de la salera entre caballeros y lesbianas. Luego, clavando Pitufo fijos sus ojos pardos en mi, me preguntó:
¿ has ido alguna vez a mariconear a los aseos del corte inglés Jocobo?
no- le contesté cerrando el puño lleno de rabia por la pregunta que en mi país Colombia le hubiera valido la muerte. Pero parecía darle igual a Pitufo, con tal de molestar a quien tuviera a su lado. Eso es lo que le hacia tan temible y aborrecible.
con un gesto negativo de incredulidad, haciendo como que no me creía, cosa que me pareció desagradable, prosiguió mientras varios cangrejos como zoombies venían con sus pinzas delante de ellos extendidas hacia nosotros. Parecían conocerle. Pitufo les tiró los últimos trozos de sardinas. Entonces, varios de ellos empezaron a engancharlos mientras bajaban al fondo. Las colas las doblaban para propulsarse a gran velocidad, y lo hacían atrás desapareciendo bajo las rocas entre una cortina de polvo del fondo con los trozo de la presa. Pitufo tenia razón, era una verdadera orgía, estaba lleno de vida ese charco. Pese a lo pequeño del lugar, daba la impresión de ser algo inmenso.
Mira Jacobo , esa garganta de la balsa cubierta por hierbas marchitas, donde se marca el nivel del agua, llegó a cerca de dos metros. Allí, he visto como una serpiente bastarda de casi dos metros, sacó la cabeza y agarró a una rata que nadaba. Era muy frecuente ver grandes ratas y serpientes por aquí. Incluso patos han parado. También criaban fochas que permanecían durante meses con sus crías. Ahora hay de nuevo dos. Aunque esta vez, con todo tan seco, no creo que estén mucho tiempo. Las aves llenaban este lugar, ahora solo quedan estorninos. Pero hace tan solo un año, había más de más un docena de variedades de pájaros. En otra ocasión, observé como un cernícalo cayó sobre tierra capturando a un jilguero sediento. El pobre pajarillo empezó a chillar desesperado. La charca se paralizó. El resto de pajarillos salieron volando. EL desdichado jilguero se retorcía entre la garras del cernícalo, que apretaba con sus uñas mientras lo elevaba. Durante el vuelo, el jilguero seguía vivo, chillando desesperadamente por vivir. Era horroroso ver y escuchar aquello. No tardó en aterrizar el cernícalo con su presa viva. Lo hizo sobre mi huerto, entre las hierbas. Allí empezó a devorarlo. Los gritos del pajarillo silenciaron. EL resto de pájaros bajo de nuevo a ese mismo lugar unos diez minutos después. la tarde se convirtió en un melancólico ocaso. Era un jilguero el que había sucumbido, y con él, su alegre música y vitalidad. Ahora asistimos a un nuevo comienzo, el de la extinción . El cangrejo que se extingue representa el salto hacia atrás para ir hacia adelante.
Este es el fin de este lugar, no llega como un apocalipsis, sino una revelación: el odio a la mentira. La mentira, la simulación de nuestro actos, el fingir como son las cosas es lo que nos ha conducido hasta aquí. es decir, el salto hacia atrás. hay un nuevo comienzo, si somos lo bastante valientes para acabar con la mentira el arte de fingir, y la historia. Seamos honestos, y llevemos hasta el final nuestro actos, por muy absurdos que sean.
Pitufo me hizo una señal para que me levantara. Salimos a la orilla . saludamos a unas personas que pasaban por nuestro lado. Cogió su vieja carretilla llena de hierbas y desapareció como un fantasma.
Angelillo de Uixó.