Y el poeta miraba, fijamente, las estrellas
como buscando algo que nunca tuvo,
sabiendo que nunca de él sería ella
pero igual eso no le importaba
porque su corazón seguía latiendo esperanza
de que, un día, su hermosa doncella
vendría cabalgando en un pegazo
para llevarlo a la constelación mas bella
para vivir la vida que tanto había soñado,
para decir el amor en su corazón dejó huella.