La fuerza que sacamos del rencor y
de la irritación es sólo debilidad.
Madame De Swetchine
Cuando el presente me desaira.
Cuando mi debilidad se hace mar.
Cuando la carne se me abre impotente.
Cuando los ojos abandonan sus órbitas.
Cuando se me quiebra la voz, vencido.
Cuando la injusticia se adueña del caso.
Cuando todo esto ocurre coloco un grito
en el frontispicio del cielo (para que lo sepa
San Pedro).
Cuando pesa sobre mis cervicales el mundo.
Cuando deseo mandar el conformismo al espacio
de una patata para que se pierda en el olvido.
Cuando los políticos llaman al ejemplo sin darlo.
Cuando todo esto ocurre me entran ganas de
mandar al cuerno al súrsum corda.