Quería escribir el poeta con las estrellas
el poema mas hermoso que podía generar
para que su diosa baje orgullosa del Olimpo
y puedan sus versos hacerla orillar en el mar;
los versos calaron hondo en el corazón de ella
no pudiendo resistirse a la forma de esa beldad.
Fue bajando, mientras el poeta, seguía con saetas
tejiendo estrellas para que el agua sea fiesta del mar.
Y, así, el poeta le siguió para enamorar forjando versos
hasta que, un día, el sol y la luna, los unan en beso final.