Pan de tus manos,
Que amasan esperanzas,
Y nutres mis años
Con juventud y sandalias
Ando a paso lento y suave,
Y me esperas paciente,
Llenas con besos alforjas,
Que Llevo en Mí, consciente.
Agua de tu fuente clara,
Que destila de amor palabras
Que dan fuerza a mi alma
Y mi sed mitigantus viandas.
Eres mi musa etérea
En la infinita manta azul,
Donde mis ojos descansan
Dibujándote noche a noche.
Y vas dejando en tu estela
La luz que mi alma ilumina,
Eres motivo vivo que palpita
En cada paso de mi senda.
Es tu piel de marea nocturna
Que ha mojado mis tobillos,
Y me recuesto en tu arena
Y se muerden nuestros labios.
Aprietas en tu pecho mi aliento,
Me cobijo en tus brazos salinos,
Se envuelve en mi faz tu cabello
Y cantan en el beso los labios.
En ti se anidaria mi vida?
En ti, mi refugio y mi lecho?
En ti mi morada anhelada?
Remanso de oasis tu cuerpo?
Y en la distancia te quiero.
Sin que lo vean tus ojos,
Este amor tan desbordante
Que se crece entre sueños.
Más se aviva una esperanza,
Como la flama que empieza,
Por saberte entre mi reino
¿Serás tú un día mi princesa?
Soñar no cuesta entonces nada?
Si se dibujan sonrisas osadas
Que se atreven a decir en silencio
Lo que la voz siempre las calla.
Por soñarte entre mi almohada
Voy así volando, por esta madrugada
Y al despertar en mi día, tu noche clama
Y mis palabras te cantan esta mi serenata.