AL FILO DE LA VIDA,
SOBRE LA CUERDA FLOJA QUE ATRAVIESA
EL ABISMO BLANCO
DE UNA HOJA DE PAPEL,
ENTRE EL VÉRTIGO DE LA ESPERA
Y LA MANO TEMBLOROSA
QUE SE AFERRA A LA PLUMA
COMO ASIDERO DE SALVACIÓN,
CAMINA EL ALMA,
HOSCA Y TIERNA,
ESPECTANTE Y ESQUIVA,
COMO REHÉN PERPETUA
DE LA CONJUGACIÓN
DE LOS TIEMPOS,
SOBRE EL ENDEBLE HILO DEL PRESENTE,
AGUIJONEADA
POR LAS LAS ESPINAS DEL PASADO
Y CARCOMIDA POR LAS DUDAS DEL FUTURO,
OSCILANDO COMO PÉNDULO
ENTRE LA NADA Y LA NADA,
BUSCANDO ALGO
QUE PUEDE SER NADA,
ARRIBANDO AL VACÍO
AVISOR DEL GRITO,
O DE LOS SUSPIROS
QUE PUGNAN
POR SALIR
DESDE EL FONDO DEL CORAZÓN,
HASTA LA PUNTA DE LA PLUMA,
PARA NAUFRAGAR
SOBRE EL OCÉANO DE PAPEL,
Y CON LA ESPERANZA
DE ENCALLAR
EN EL PUERTO
DE LA PUPILA AJENA...