Era ya de madrugada (2)
Cuando llegué a mi destino,
Tras un inmenso camino
Saliendo desde la nada.
En la noche solitaria
De una ciudad sin abrigo,
Yo parecía un mendigo
Debajo de luminarias.
Amaneció la mañana
Cubierta de nubes grises,
Envolviendo mi alma triste
Cuál redoble de campanas.
Un imponente edificio
Ante mí se presentaba,
Mi destino me esperaba
Para empezar con mí oficio.
Fueron pasando los días
Hablándonos por las cartas,
Por teléfono eran citas
Con mensajes a su casa.
Cuanta alegría nos daba
Esa voz en la distancia,
Sabiéndonos a fragancia
Los besos que nos llegaban.
Promesas hechas en cobre
Llegando del norte al sur,
Como un caballo andaluz
Desbocado por su nombre.