Carlos Justino Caballero

MI CÁRCEL

 

Estoy encarcelado en ese entorno,

atrapado en la belleza y en sus tiempos

y me aferro a barrotes de aire y troncos,

sintiéndome aliado de lo inmune.

 

Desde esta prisión estoy oyendo

ecos escondidos bajando por la huella,

el crepitar de la grava abatida por el caucho

en el lento rodar en cuesta abajo.

Los adivino cerca de esos mimbres

tras la acequia seca y aquellos escondites,

y en la llovizna que canta cual lisonjas

toda la espera que esperaba ese sonido.

 

Y un poco más hacia el poniente,

tras los glaucos enhiestos de los cedros

se divisa el blanco de esa casa

que encadena también con su caricia.

 

Hace años que tengo la fortuna

de haber sido encarcelado en lo obsesivo

de lo que es bello a los ojos y al oído 

como el viento en los pinares o la grava

crepitando bajo el caucho

o ese albor en la llovizna y tras los cedros

que es también mi carcelero.

 

 

De mi libro “De trazos del borrador”. 2017 ISBN 978-987-4004-51-2