I
Por cada campaná... ¡un beso!
Por cada uva... ¡un te amo!
Al estallar los cohetes,
sabrás que desde mi celda te llamo.
II
Eres la flor más hermosa,
en el jardín de mis sueños.
Dormido, ¡eres preciosa!...
en el valle de mis sueños.
III
Te llevo en mi pensamiento
cada segundo que pasa.
Me duermo y estás en mí.
Despierto creyendo que tú me llamas.
IV
Doy vueltas solo en el patio
recordando tu mirada,
embriagándome de ti.
Así paso la mañana.
V
Miro al cielo cada tarde
viendo las aves volar.
Quisiera ser uno de ellas
para a tu lado llegar.
VI
Oígo el cantar de las aves
desde la cama acostado,
cierro los ojos, así
creo que estás a mi lado.
VII
Acabé el año entre rejas.
El nuevo igual comenzó
y llegará carnavales estando
preso mi amor.
VIII
Esta estrofa empieza aquí
después de este primer verso
y quiero que acabe así
mandándote miles de besos.
IX
He gastado en esta carta
más de quinientas palabras
que recopilé dormido
para escribirlas al alba.
X
Este sobre que te mando
lleva dentro un gran tesoro.
Todos mis versos guardados
que dicen cuanto te añoro.
XI
Año nuevo, celda nueva.
Puede que sean mis reyes
o quizá ¿mi libertad?
no lo sé, depende, todo depende.
TREINTA MINUTOS (POEMA)
Tan sólo treinta minutos faltan
para el próspero año nuevo.
¿Qué me importan las campanas
si ahora me encuentro preso?
¿Para qué quiero las uvas
si tú no estás a mi lado?
Este año que se va
bien que me dejó marcado.
Me fui lejos de mi tierra
para buscarme un futuro
y ahora me encuentro aquí,
dentro de estos altos muros.
¡Preso! preso y no sé ¿por qué?
¿Es qué no hay Dios en los cielos,
ni justicia aquí también?
Ya estoy harto de llorar
dentro de cuatro paredes;
por la ventana mirar,
amor...¿cuándo saldré?
Espero, espero ¡solo!
a que mi liberación llegue.
Sevilla 31 de Diciembre de 2015