Tú, que con solo verte
iluminas el peor de mis días.
Tú, que con tu sonrisa
me haces olvidar mis problemas.
Tú, por quién pierdo la noción
del tiempo y del lugar.
Tú, por quién escribo este poema
que nace de mis sentimientos.
Tú, por quién ya no pienso
en nada mas, ni en nadie.
Tú la cima de la montaña,
la cual quiero alcanzar.
Tú, quien hace latir más
rápido mi corazón cuando te aproximas,
y añorarte cuando no estas.
Tú, sí, Tú, por quién al principio
oprimí lo que sentía, pero
que al final se liberó como una fiera indomable,
que se sometió ante tu presencia.
Y finalmente Tú, que sin querer
sacaste lo mejor de mi,
lo que yo pensaba nunca volver
a sentir ni a entregar, y
que irremediablemente ya
no puedo volver a cerrar
dentro de mi. Todo esto y
más lo lograste Tú, sí, Tú.