Ciudad de Los Ángeles,
ángeles sin libertad ni gracia,
entre el horizonte de mi mente
y el sol de mi corazón
yace un almácigo secreto:
soy una jirafa ardiendo:
Cada saludo es un recuerdo,
recuerdo que nunca he olvidado:
acogedor me llamó,
su voz me supo a dulce crema,
su mirada fue azúcar flor
que a mi pecho desnudo embelesó:
¿Pero qué hombre eres? pregunté.
Soy el que te atormenta,
el que te hace sentir raro, confundido,
que te turba y llena de culpa
tu castración y soledad.
Soy el que te estremece,
que gustas y admiras,
sueñas y recuerda
tu humanidad recónditamente escondida.
Soy el que te hace vulnerable,
te lleva a romper prejuicios,
el que silenciosamente amas,
irremediablemente detestas
por haber roto tu calma inerte.
Mas, como miel de mielada,
dicen que los hombres son crueles
(peor cuando se trata de mujeres):
ya tiene quien le quiera, ame, desee.
A la luz de Los Ángeles todos son iguales:
azúcar vainilla, sabor a medianoche:
Soy mujer de un hombre,
él es de nadie,
ese nadie es de uno,
ese uno es mío.
En cambio, tú, poetastro,
das el amor que no tienes
entregándote en cuerpo y alma
a quien no mereces.
Soy jirafa ardiendo,
arcoíris con la noche a cuestas.
Jirafa ardiendo,
esto tomará una hora… o dos:
Negocio sangriento…
Yandere[i] por dentro.
[i] Yandere: neologismo japonés para referirse a alguien que por fuera es amoroso, tímido e inocente, pero que por dentro es narcisista, psicópata, maquiavélico y sádico; saliendo esta tétrada oscura a la luz cuando sufre despecho, celos o existen obstáculos entre el enamorado y su amado.