La poesía siempre es un encendido fuego,
una fogata ardiendo, un abrazo, un beso.
La poesía es un mar vivo, sensual, intenso
que arde entre mis versos en un vital juego.
Poesía brisa leve, huracán, movimiento
de cada idea, cada palabra, cada verbo
vaivén rítmico, una vibración, un mecimiento
de cada sentir, de cada dolor, cada tiempo.
Esta poesía arde, consume, aviva, mata.
Esta poesía vibra, hiende, sublima, canta.
En ella voy y florezco, alumbro, quemo,
en ella soy, ardo, canto, abrazo y beso.