Si un día me faltan las piernas
bailaré moviendo las manos,
miraré las nubes y las estrellas,
los árboles y los pájaros,
nada me impedirá bajar al campo;
viajaré como sea,
oiré música y cantaré en alto.
Seguiré escribiendo poemas y dando abrazos
si un día me faltan las piernas.
Si un día me faltan los brazos
bailaré con los ojos la música que pida
y seguiré cantando;
miraré las estrellas y las nubes,
los árboles y los pájaros
siempre desde mi campo.
Aunque no pueda escribir con trazos,
grabaré mis poemas
si un día me faltan los brazos.
Si un día me faltan los ojos
yo seguiré cantando;
recibiré los abrazos de siempre
y seguiré imaginando
nubes y estrellas, árboles y pájaros.
Me leerán novelas, poesías.
Aunque en mi cuerpo se cierren los cerrojos
yo seguiré recitando
poemas
si un día me faltan los ojos.
Si un día me falta el oído
seguiré imaginando colores y formas
árboles, nubes y flores
los pájaros en los nidos,
y sentiré siempre los abrazos de mis seres queridos.
Aunque de algún modo ya me haya ido,
seguiré inventando poemas
si un día me falta el oído.
Si un día me falta el cerebro para recordar lo vivido
y no puedo crear más poemas,
matadme, os lo ruego, matadme
y no olvidéis nunca cómo he amado
y cuánto he sentido.