De la ausencia de cordura y de la ausencia de ti nace un momento en el que abundas,
un momento en el que las frágiles fibras del pensamiento exprimen tu verbo y tu influencia en mi.
Y ahora estoy aquí, perdiendo la noción del tiempo y la noción de ti.
¿Me has olvidado ya?
No quiero molestarte, pero aquí abajo me pongo tan sensible
y necesito que alguien me cante.