Evaporamos la velocidad de la luz
mediante la cristalización de un sueño
el tejido del espacio / tiempo
recibió nuestro rito como insumo;
para configurar a un somnífero;
con destino al precipicio.
El olvido recibió la inyección letal
cual Aquiles perpretado en su talón;
por una flecha en plena Troya
pensar en un final dejó de ser estrago
pues una fórmula fue fragua de una máquina cósmica
a la cual se inyecta el instante efímero
y devuelve caudales
de eterna gloria.