Es un continuo soñar sin dormir,
un susurro permanente impedido,
es morir sin siquiera estar herido,
vidas de ensueño que no son vivir.
Es caminar y no tocar el suelo,
un miedo que nos hace ser osado,
es dolor que oprime y deja calmado,
dos rubíes que hastiaba y ahora anhelo.
Es agonía del aquel cohibido,
infiernos que vivamente yaciste,
un contingente adiós, perenne y añejo.
Del mundo hace sencillo, un todo unido,
y tan contrario es, que singular viste,
aún siendo de orígenes complejo.