Un poema con rostro de mujer
Debe tener perfume y alegría,
Estar exento de melancolía
Y estar lleno de exquisito placer;
Y jamás lo podrán, todos, creer
Deben de contener esa armonía
Y aquella inescrutable melodía
De ese algo que jamás se pudo hacer;
Y es que la mujer es lo misterioso,
Ese sueño inefable y muy lejano;
Algo que puede ser breve y hermoso
Un instante supremo como arcano;
Como ese algo que fue tan delicioso
Pero que se escapó de frágil mano…