No es que yo peque de feminista,
ni menos aun de terca eufemista,
pero los hombres en casi todo,
siempre nos han discriminado,
sin haber forma de estar a codo.
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Ahora al mirar ciertas noticias,
en la Valencia observè primicia,
acerca de los nombres de plazas,
de calles y otros monumentos,
y no valen de igual reconocimiento,
en toda la grande nomenclatura.
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Solo han sido de ilustres hombres,
al parecer los mayores apropiados,
y muy pocos de las mujeres grandes,
A menos que por ventura hayas sido,
Una heroìna, una Virgen o una Santa,
viviendo en el cielo o en sepultura.
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De tres mil y tantas calles citadinas
apenas muy pocas dedicadas a mujeres,
pero habrà ardua lucha por las nuevas,
a ver si al fin, cambiarà injusto sistema,
noticia objeto y tema de este poema.
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Yo mujer, no quiero ser reina, ni condesa,
ni por mucho oro, ser de trivial nobleza,
ni que mi nombre lo lleve un real palacio,
ni ser pintado por un genio cual Picaso,
a menos que hagan placa con poemazo,
Jamàs ver mi nombre en plaza de toros,
porque faena del noble animal deploro,
pero si pudiera verlo junto a feminas,
luchadoras por la paz y amor universal,
Lindo serìa, claro està, es sueño irreal.
Quisiera en justicia, condecoración,
ver nombre de Raquel en calle de Israel,
en honor de aquella buena judìa del ayer,
y en concenso hombres den aprobación.
termine la guerra y por Jerusalèn posesiòn.
Acceso al gènero femenino valiente,
siendo mujeres mitad de la humanidad,
eliminar al fin, la flagrante desigualdad,
y poetas escriban otro génesis con valor.
Pensando, pensando, acà su Raquelinamor
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Diciembre 10, 2017