Si pudiese tomar tus manos
y mirándote a los ojos
en un interminable silencio
comenzar a decir
que te amo.
Cómo vería suceder los días
mientras el beso
sea eternidad confundida
en dolorosas promesas.
Mis manos cada vez más
aferrándose a la nada
de tu cuerpo muerto
el aliento finito
en inmenso llanto
y un, no me dejes
si ya no estoy.
Es una mañana luminosa
me dijeron
y quedará acá
tu vida es la de ella
y debes continuar.
Regresé sabiendo
que una parte de mí
no estará
que no seré yo
otra vez al amanecer.