Roxana A.Beloglio

El mar

La tarde era serena y exhibía orgullosa su paleta de colores cálidos,

mientras él traía los ojos llenos de mar.

La ciudad era abrazada por un manto de brisa fresca

 y él caminaba con paso firme en busca del mar.

 

Notas musicales explotaban en pasión de primavera

 en los mares donde navega la ilusión,

y su corazón latía al compás de la marea baja

 a la orilla del mar.

 

La vio partir silente,la había perdido

en el amanecer de sus días,

rumbo al mar.

 

Mas sus ojos se quedaron gravados en su alma

 con serena calma,

en quietud constante,junto al mar.

 

Hoy que Otoño besa sus sienes,

la ilusión camina por las tierras de su alma,

él espera su felíz reencuentro en el Mar.