¡ Nos impactan las gárgolas extrañas
suspendidas del alto del alero,
cual quimeras monstruosas, que al viajero
espantan cual espadas o guadañas!.
Sinuosas son sus hiedras cual marañas,
cubre el muro del más alto saetero.
El viento predispone al mal agüero,
ya estridente y aullante entre montañas.
Imponentes los altos torreones
que presiden los pueblos y ciudades.
¡Inmensas catedrales presuntuosas!.
Amenazante, erguidos galeones
son anclados en falsas realidades,
que acobardan a gentes temerosas.
Y son tan poderosas,…
que gobiernan las vidas de las gentes.
!Los miedos al averno están presentes!...
Roberto Santamaría
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