DÉJAME RECORRER TU CUERPO
Déjame recorrer tu cuerpo y las entrañas de tus caminos
Cruzar los valles y acariciar el néctar de tus volcanes femeninos
Atravesar montañas y llanuras de tus bellos y excitantes remolinos
Perderme en tu selva húmeda, de vertientes insinuantes divinos
Déjame explorar, las comisuras de tus labios perfumados
La hendidura de tus pliegues, de aromas buscados
Déjame perforar tu cueva, del idilio hermoso deseado
Martirio de mi sufrimiento, de sudores recordados
Déjame oler el elixir, que brota de tu prodigiosa hendidura
Que excitas erguido el musculo de mi cuerpo y su locura
Placer que brota la cerradura, sin puerta de su hermosura
Déjame subir a las cumbres borrascosas, de su increíble espesura
Déjame acariciar tus labios húmedos carnudos
Besarte y lamer tu humedad, que sabe a pétalos desnudos
Acariciar la brisa que bate su cabellera sin escudos
Celoso de aquel, que te brinda de la mano tú saludo
Déjame recorrer tu cuerpo, de pasiones furtivas
Explorar tus encantos, de gemidos lánguidos y explosivos
Apaciguar mi tormenta, en tu abertura excitada, de movimientos atractiva
Penetrar bajo tu selva, al vaivén de clamores afectivos
Déjame morir, en tu cuerpo hermoso, exuberante y querido
Quémame con tu lava ardiente de cenizas, desaparecido
Arrástrame a tu follaje, del éxtasis de energías perseguido
Apriétame a la estrechez de tu vertiente, de ganas estremecido
Déjame libre el espíritu, que vuele a su alrededor
Me dejaste extenuado, sin armas que salven al cazador
Agotado y en cenizas ha quedado este débil soñador
La naturaleza de tu compañía, exclama a gritos, todo tu fervor
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga oct 01-2017