¡Que mundo tan irónico!
Donde el combustible que nos mueve
nos mata poco a poco,
los gases que expulsan nuestras reses
resienten el ozono,
y obtener el papel en que escribes
deja bosques agónicos.
¡Qué mundo tan irónico!
Con nuestros gases refrigerantes
derretimos los polos,
la piscina donde vas a bañarte
dejo seco otro pozo,
y la fábrica en que trabajaste
hizo subir los termómetros.
¡Ay!
¡Qué mundo tan irónico
y que sutil la ironía!
pues al final...
¿Quién reirá y quien será la víctima!