Esa noche dibuje tu rostro en mi cuerpo
fueron mis dedos pinceles de arco iris;
que como fieles arquitectos delinearon
centímetro a centímetro tu lienzo blanco y cristalino.
Esa noche, me consumí en tus recuerdos
fueron como dos gotas viajeras de rocío,
navegaron en mi corazón purpura
siendo los latidos piratas del amor.
Esa noche, aquella noche, nuestra noche
en la que bebí en tus labios de carmesí
el vino de Cupido que destilo tu amor,
mientras en el lecho tu tendida
fuiste rosa y yo una flor.