A través de las mantas del campo nocturno, cuando los brazos de morfeo nos arrullan y nos esconden de la realidad. Topamos con aquellas imágenes que se difunden entre la materialidad.
El mundo del ensueño donde cualquier pequeña esperanza sale a la luz en imágenes que aún con toda la certeza del inteligente se llega a caer.
La estupidez del soñador refugiarse en un lugar donde quizá se puede encontrar lo que la realidad nunca te ha de brindar. Allí te he de hallar, yo, el más idiota de todos, quien espera desesperadamente el ocaso para poder dormir y sentir tu contacto, y aunque sea una triste mentira percibir las dulces palabras que ya brindas a alguien más.
A fin de cuentas, si al verte en el mundo de morfeo puedo sentir a base de mi tacto tu dulce piel e imaginar por un momento que solo eres de mi pertenencia, en ese caso como todo el idiota que soy.
.
.
.
Estoy dispuesto a dormir para siempre.
A.Soul.