Tú entras en mí
cada vez que te llamo.
En mis sueños me despierto
y mi sexo erecto palpo...
...como mástil de nave, te añora
sintiendo la humedad saliente
que tú sabes de sobras.
Cierro nuevamente mis ojos
y veo claro las posturas
en constantes punzadas
lentas, suaves y duras.
Las uñas apretadas que se agarran
fuertemente a la cintura,
donde se observa el amor
entrar desde las alturas...
Dedos sujetando las nalgas
abriendo brecha al son que salga.
El ritmo del golpeo sobre la espalda,
los espasmos de lujuria,
gemidos en la almohada...
Frenesí del orgasmo llegado,
que sobre tus bellos senos
cae derramado.
Sevilla 3 de Enero de 2016