A Yamileth Daliana in memoriam
Coronada de flores
descansa ya en un lecho de césped
tu pureza, mas fina que este mármol, arruyada en la tierra entre larvas cristalinas y rocio de penas.
Tu cuerpo es polvo solitario.
Más la sombra de la muerte no pudo contenerte, pues habitas en los patios de la memoria.
Juegas a esconderte entre las cosas de la casa, donde tu lengua extraña y sagrada aún susurra en los rincones.
Esa melodía de mi sangre , de mis huesos , de mi carne ...es nuestro secreto album apócrifo.
Para el amor fraterno
no se precisan las imágenes
solo las cosas compartidas,
los paseos de las tardes
las charlas matutinas y el abrazo interminable...
Ahora abrazas al Misterio
al gran bello maestro.
Y viajas en tu corcel hecho de rosas blancas a la memoria infinita de Dios...
Hermana! Guardame un lugar en el sueño del Supremo. Un lugar , aun pequeño, pues si es de El , nunca despertaremos y seremos como dos astros llameantes.