Lidia

CUANDO TE HIEREN EL ALMA

Si te embarga la tristeza

por un dolor que te agobia

al sentir que una daga

te ha cercenado el alma

y el dolor de la herida

la hace imposible cerrar,

semejante es a un cristal

que al caer se desmorona

y no puedes aunque quieras

volver de nuevo a pegar

porque al caer se destroza

y no vuelve a ser igual.